sábado, 26 de noviembre de 2016

La Estigmatización un Arma Destructora



     Durante el segundo semestre de este año 2016, he tenido la gran fortuna de realizar una intervención social junto a mi equipo de trabajo en una Escuela rural en un pueblo de la región de la Araucanía-Chile, después de un largo proceso de diagnóstico, planificación, llegó el momento de ejecutar nuestro proyecto de intervención social que atendiera a la problemática identificada "reiterados conflictos interpersonales en los estudiantes de sexto a octavo básico, siendo este trabajo el que desencadena una nueva experiencia para mí. 

     Llegado el momento de ejecutar los talleres orientados al desarrollo personal de niños de 11 a 14, ingreso a la sala, me paro frente a ellos y fue imposible no experimentar un cúmulo de sensaciones,cuando miraba las caritas de cada uno de los niños y niñas que estaban ahí a su vez mirándome con distintas expresiones, de entusiasmo, desafiantes, indiferencia, serios, ansiosos, sonrientes. Es en ese preciso momento en que me doy cuenta que ellos no estaban solos frente a mi, sino que además con todo su contexto familiar y social que los envuelve, los cuales para algunos son positivos y para otros negativos.

     Este hecho no me fue indiferente sobre todo cuando comenzamos nuestro taller, una de las niñas se mantuvo casi todo el desarrollo de la actividad con una actitud desafiante, a ratos indiferente y burlezca, recordé mi sensación del principio y me esforcé por hacer bien mi trabajo para todos, pero sabía que ella necesitaba particularmente más de mí e hice todo lo que estaba a mi alcance en ese momento por lograr generar un vínculo, hacía contacto visual, los hacia reír a todos y ella a veces no podía seguir en su postura y tendía a reírse también, pues tiendo a ser una oradora con matices teatrales, lo que en el trabajo con niños y adolescentes me ha servido bastante, por lo que ella a ratos no se podía resistir a mis niveles de locura expresiva.

     Sin embargo ese día viernes puntual no logre mucho más que un par de risas muy controladas de su parte cuando los hacia reír, pero en mi retorno mientras viajaba de vuelta a casa no deje de pensar en ella y de cómo me podía ganar su confianza, ya que es precisamente una de las niñas que suele comunicarse de manera algo agresiva y sus relaciones interpersonales no son muy positivas, así que seguí mi camino hasta que había que preparar el siguiente taller para continuar con el ciclo de entrega de herramientas para el desarrollo personal de los niños y niñas de la escuela.

     Y es de esta manera que nuevamente me veo en medio de esos hermosos niños con sus distintas realidades paralelas a la mía, ese día realizamos el segundo taller al octavo primero y luego venía el sexto, curso al cual pertenece la niña "problema", pues sí, así las personas tendemos mal llamar a quienes no se comportan según los patrones sociales, culturales, morales que los demás sí siguen y es así como muchas veces son estigmatizados y cada critica empieza a convertirse en una barrera social para ese niño o niña "diferente", como si fuera ella la responsable de su contexto social, no los adultos.

     Pues salí de la sala de octavo y ahí me la encuentro en el patio del colegio nos miramos fijamente y ella me mira como la primera vez, desafiante levantando su cabeza para tratar de verme por debajo de ella, y es ahí cuando sentí el impulso de acercarse, la saludo por su nombre y le pregunto ¿Cómo estás?, y le dí un beso en su mejilla poniendo sutilmente mi mano en su espalda de manera respetuosamente acogedora, y le digo que es un gusto para mí volverla a ver y le aprovecho de decir y cómo estamos para hoy! te portarás bien, porque te estaré mirando y hago el gesto con mis dedos llevándolos a mis ojos, acto que la hizo estallar de risa y me dice muy tiernamente que sí que se portará bien. (Obtuve una carita feliz de su parte)

     Estos niños están tan acostumbrados a ser estigmatizados y que nadie los tome en cuenta que un pequeño gesto como ese la hizo sentir diferente, entrando al taller con una actitud tan distintas que me lleno el corazón de alegría, saludó muy educadamente a mis colegas y fue la primera en participar de las actividades preparadas para ellos, no les diré que cambio en un 100%, pero ese pequeño cambio de actitud sé que fue valioso para ambas.

     Son muchos los niños que tienen que lidiar con entornos sociales de alcohol, violencia intrafamiliar, drogas, abandono por parte de sus padres, estigmatizaciones, entre otras problemáticas y a veces solemos ser tan indolentes y nos dejamos llevar por lo que nos dicen sus profesores, familiares, compañeros y terminamos siendo enjuiciadores olvidando que ese niño o niña no está solo, está acompañado de su contexto social y que si cualquiera de nosotros les da una oportunidad, esas barreras sociales se pueden ir disipando poco a poco, contribuyendo a su desarrollo personal y a construir un yo social sano en esa persona que se está formando, para que así alcance el desarrollo humano en todas las áreas de su vida de acuerdo a su edad.

     Te invito a ser de los que dan oportunidades, regala una sonrisa a esa persona "problema", recuerda su nombre, muestra empatía, asertividad cuando te comunicas con alguien que parece distinto a los demás, sé un constructor social, construye afectos, buenos momentos, regala enseñanzas, tomate el tiempo de investigar por tu cuenta quien es cada persona y no te quedes con las apreciaciones de otros, no todos son observadores ni tienen la capacidad para descubrir quién es quién, el ser humano en sí, tiende por lo general a ser más tardo para escudriñar, reflexionar pero muy rápido para enjuiciar. No seas de ese tipo de personas y verás cómo irás marcando positivamente las vidas de otros y te recordarán como alguien que siempre les sumó a sus vidas y nunca les restó.

     Recuerda que conmigo aprendes, contigo aprendo a construir una sociedad mejor. 

                                                                            Ann Rojas


     

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